jueves, 4 de febrero de 2010

¿CÓMO SE MANIFIESTA EL SUJETO SUBALTERNO?

“Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”



Esta frase inicia la historia de esta guatemalteca que conmovió al mundo y que la ha convertido en el símbolo de la lucha indígena, pero además y sobretodo es una narrativa autobiográfica de cómo un sujeto subalterno adquiere poder.

Con el objeto de posicionar la lectura mi primera preocupación será la de ir definiendo lo que se entiende por el concepto de sujeto subalterno, además de entregar las principales características que le otorgan diversos autores y por cierto la de Gayatri Spivak, quien iniciara su uso en el año 1983.

En el presente ensayo, mi objetivo es reflexionar acerca de las posibilidades de habla que posee (o pudiera poseer), el sujeto subalterno, de allí se desprende el título de él, que utilizaré como pregunta central a responder ¿cómo se manifiesta el sujeto subalterno?, a lo que me refiero es, cuáles son sus alternativas de expresión, cómo las ha utilizado, cómo las está usando, pare ello intentaré dar los que considero como mejores ejemplos de lo anterior, mi pretensión, en definitiva es, llegar a concluir que el sujeto subalterno, tiene formas de expresión, las cuales ha venido esgrimiendo, no siempre con idénticos resultados, ya que ello va a depender de las capacidades de organización, los tipos de liderazgo y por sobre todo que los objetivos fundamentales de las movilizaciones no se vean diluidos.

La conceptualización que se hace del subalterno, está referida y comprendida, como algo que no tiene poder de (auto) representación, los estudios subalternos se desarrollan como una práctica académica en nuestra época contemporánea y que tiene como telón de fondo el proceso totalizante y homogeneizador de la globalización, el cual está produciendo nuevas formas de subyugación y explotación, además de fortalecer otras de data anterior.

Lo subalterno representa el atributo general de la subordinación y esta puede estar ejemplificada ya se por conceptos de clase, casta, edad, género, oficio o de cualquier otra forma, por ejemplo la diferencia de estar educado o no, en síntesis un antagonismo en las figuras de subalterno/dominante.

Lo subalterno está ligado a lo campesino y a lo obrero. Al campesino rebelde se le niega toda posibilidad de reconocimiento como sujeto de la historia y a un proyecto histórico que debía pertenecerle.

Decía que la globalización ha provocado nuevas formas de subyugación, estas se han dado a través de la exclusión, la cual se deriva fundamentalmente de la variable económica, de allí surgen los otros ámbitos; sociales, de trabajo, de vivienda digna, etc. Las estructuras dominantes excluyen a los pobres, los excluidos del sistema económico y de mercado quedan “fuera”, pero esta presión de la pobreza u otras formas de exclusión que adopta la burguesía dominante, expulsándolos de su seno, en algún momento se desborda en manifestaciones de todo tipo, en las que no se descarta la violencia.

El concepto de subalterno ha tenido una utilización variada, siendo aplicada en contextos diferentes y en distintos tipos de formas los cuales escapan a lo que en su génesis planteó Gayatri Spivak, desde ese punto de vista, ha variado su utilización primigenia, sin embargo, a lo que aludía Spivak con su aseveración de que el subalterno no “podía hablar”, por que no son escuchados, es de que su discurso no es recogido por la institucionalidad vigente .

Otro punto importante en la subalternidad, es que el subalterno tiene un lugar asignado, producto de sus circunstancia histórica, con la subalternidad, este espacio, se conforma entonces en un lugar de conocimiento y expresión de este, que tiene trazado un límite. En razón de ello, los oprimidos pueden tener mejor capacidad de ser escuchados al ser capaces de entender sus propios condicionamientos y para hacerlo necesitan solidaridad entre ellos y ello se puede lograr a través de alianzas políticas. En el momento en que el subalterno es capaz de traspasar sus límites, empieza a ejercer un poder, su mera presencia tiene la virtud de cambiar los signos.

De lo anterior trasciende que el concepto de subalternidad ha experimentado una evolución. En el contexto colonial que Spivak lo planteaba el individuo subalterno no tenía historia y no podía hablar, es más, cuando ese individuo subalterno era una mujer, las posibilidades de la negación, se acentuaban al límite. Hoy en día la subalternidad instala su debate a través de otros significados, aparecen los conceptos de ciudadanía, hegemonía, subordinaciones, sociedad civil, espacio público y gobernalidades.

A este respecto, Silvia Rivera y Rossana Barragán, nos plantean que el debate instalado por los pensadores hindúes les permite asimilar sus postulados y su reflexión con lo que se ha estado planteando en algunos círculos latinoamericanos, ya desde los años ’70, en donde también se enfrentan nuevos contextos, otras preguntas, como las que brindan las movilizaciones étnicas, que se desarrollan en todo el continente desde los años ’80 y ’90.

Me parece importante recoger lo que nos plantea Nelly Richards, quien nos dice que parte del sistema democrático actual, está basado en la heterogeneidad de la materia social y comunitaria, formando grupos sectorialmente diversificados, en los que sus utopías se enfrentan a interacciones de explotación, pero también de opresión y dominación, tejiendo una variedad de madejas de subyugación que hace imposible la resolución de conflictos con una clave única , no existe una receta idéntica para todos.

El lugar de la subalternidad comienza a ser desplazado. Las lógicas productivistas son desplazadas por las lógicas del consumo y la circulación, se nos aparecen ahora las teorías de la resistencia, de la convergencia o de la insurgencia, aquí se recurre a la definición de subalternidad utilizada por Gramsci, como articulación Estado-sociedad civil y se acentúa la dimensión cultural.

En su momento original (1983) Gayatri Spivak , se resiste a otorgar el don de la palabra a los sujetos silenciados de los márgenes, a aquellos campesinos iletrados, borrados por lo que ella denomina violencia epistémica, se pregunta, si dado los contrates entre interlocutor y receptor, “¿con la voz de que conciencia puede hablar el subalterno?”

Pero hoy, creo que ya se puede sostener que el subalterno, representado por diferentes tipos de movimientos, si puede hablar .

Decía al comienzo del ensayo, que los estudios subalternos, tenían como telón de fondo la presencia totalizante de la globalización, producto de ella el neoliberalismo logró una hegemonía en el mundo, ayudado por la caída de los llamados socialismos reales, sin embargo la crisis de los Estados y de las formas de dominación, han ido erosionando esta hegemonía que se creía invencible. Las contradicciones sociales van adoptando diversas formas de resistencia, algunas veces aisladas, disgregadas, que a veces llegan a articularse derivando en confrontaciones que relanzan la lucha de clases, que muchos habían sepultado, por obsoleta.

Sin lugar a dudas que producto de este sistema, de este sistema económico y de mercado, hay sujetos (subalternos) que están excluidos de todo, también de su libertad, sus derechos humanos y civiles y no pueden ubicarse en las estructuras socio políticas.

Sin embargo, hay quienes también se muestran disconformes, criticando el estado de cosas, el orden neoliberal, que se rehúsan a ser tratados solo como consumidores de espectáculos mediáticos, este es, quien resiste y lucha, el sujeto subalterno que si puede hablar. Este sujeto subalterno oprimido busca fervientemente la forma de defender sus derechos, sus libertades y por sobre todo el espacio público donde hacerse escuchar, eso constituye su espacio social cercano, donde trabaja, donde vive, donde desarrolla variadas actividades, ese lo convierte en su espacio de resistencia y que producto de alianzas que sea capaz de lograr, puede conformarse también en un espacio político.

Pero quiénes son estos sujetos subalternos, oprimidos, subyugados, discriminados, explotados o como quiera llamárseles, ellos son; trabajadores, campesinos, indígenas, mujeres, desempleados, poblaciones colonizadas, minorías nacionales, migrantes, en general, todos los diferentes, los otros.

La modalidad de cómo se manifiesta el “habla” de estos sujetos subalternos, recibe el nombre de movimientos sociales populares, fenómeno múltiple y variado en América latina y lo llevan a cabo aquellos sectores de la sociedad que nombré en el párrafo anterior, los cuales comparten la condición de explotación y dominación y el objetivo compartido se encuentra en la utopía de una nueva sociedad y mientras mantengan claridad sobre ese objetivo común, tienen la posibilidad de ser escuchados, en definitiva de tener “habla”.

Otra particularidad que nos presenta este tipo de expresiones, es su referencia a las clases sociales, es así, como vemos que en nuestra época el enfrentamiento de clases posee características muy complejas, variadas y a veces sutiles.

En América Latina encontramos múltiples señales que están evidenciando la movilización del sujeto subalterno, se pueden señalar a modo de ejemplo, el etnocidio, la doble jornada femenina, la restricción de la matrícula universitaria, el deterioro de las condiciones urbanas, la violación de los derechos humanos, la pérdida del poder adquisitivo del salario, el desempleo industrial, entre otras.

Una resistencia importante hoy en día la ha provocado las formas de enfrentar el problema urbano por parte de la burguesía dominante y ello se trata de que grandes sectores sociales han sido desplazados del centro de la ciudad hacia la periferia y/o suburbios, excluidos del bienestar que provoca el “centro”, con ello esta manifestación ha sobrepasado el ámbito económico integrándose además en el plano cultural con lo que el movimiento urbano popular ha logrado posicionar su agenda y su lucha paso a paso va cumpliendo objetivos logrando que el tema se escuchado por las clases gobernantes/dominantes.

Pero quizás, lo más importante de lo anterior, es que hay un sustrato de enorme importancia en esta “voz”, lo que nos quiere hacer “escuchar” el sujeto subalterno, es que a través de sus demandas; como la habitación, la respiración de aire puro, el esparcimiento, la ecología, la educación, el descanso, la democracia, está luchando por su dignidad.

De modo general, quien es visualizado como el contrincante directo en una posición de Subalterno/Dominante, es el Estado , sin embargo, detrás de este hay otros que se benefician de la situación, como suelen ser los propietarios del capital inmobiliario, comerciantes ilegales de terrenos urbanos, etc.

Una característica de relevancia en las luchas subalternas por la emancipación, es que pretenden cambios aquí y ahora, en lo cotidiano de las victimas de la opresión y no para un futuro lejano, es decir, la emancipación comienza hoy o nunca (es posible que la salvedad lo constituya el movimiento ecológico que tiene objetivos de más mediano plazo). De este modo luchando, contra la adversidad, con todo el poder económico en contra, los oprimidos van construyendo, día a día, a través de sus resistencias, desde su propio espacio físico, allí donde se encuentran, se reconocen, escuchan y son escuchados, donde tienen la posibilidad de opinar y formar parte de decisiones colectivas, así el sujeto subalterno va preparando la alternativa de sacudirse la dominación, de sublevarse contra la opresión.

Todo lo anterior adquiere especial significación para un continente como el nuestro, en cual nuestra condiciones de subalternidad han permitido que haya sido explotado para el beneficio de todos, menos de sus propios habitantes, como tan bien los describe Eduardo Galeano en su libro “Las Venas Abiertas de América Latina” .

Hay dos formas de expresión de la resistencia del sujeto subalterno que por sus características, permanencia en el tiempo, sus formas de lucha, sus conquistas, sus sacrificios, su martirologio, les convierten en emblemáticos, siendo ellos las del proletariado y el indígena.

Con respecto al proletariado, decir, que no solo está conformado por la clase obrera, sino que también lo componen otros grupos sociales y se les reconoce generalmente por ser aquellos que están desposeídos de los medios de producción. Estos sectores van construyendo sus estructura en la lucha de clases, allí van conformando su conciencia proletaria, que les hace levantar la “voz” con respecto a la opresión. En América Latina en particular, nos vamos a encontrar con formas variadas de existencia de ese proletariado.

Por otra parte, el avance del capitalismo, significa para los indígenas el despojo de sus tierras y la destrucción de su cultura, por ello el rasgo común que representa a la resistencia indígena, es justamente la defensa de su tierra y su cultura y ello ha sido un continuo durante la historia republicana de América Latina. Esta temática resulta fundamental para entender la opresión de las etnias indígenas, los motivos de sus luchas y el desarrollo y evolución del movimiento étnico, el cual a pesar de los exterminios masivos de los que ha sido objeto, sigue vivo, haciéndose “escuchar”, levantando su voz y generando nuevas oportunidades .

Para John Beverley cuando Gayatri Spivak reclamó que el subalterno no puede hablar, ella trataba de decir que el subalterno no puede hablar en una manera que conlleve cualquier forma de autoridad o sentido para nosotros, sin alterar las relaciones de poder/saber que lo constituyen como subalterno. El silencio del subalterno, su aquiescencia o vulnerabilidad, es así, solo desde la perspectiva de la élite. Sin embargo, los pobres (subalternos) también tienen vidas, personalidades, narrativas, mapas cognitivos.

Decía que movimientos como el indígena se hacen escuchar, provocan cambios y generan oportunidades, lo que se dice con ello es que las clases subalternas experimentan la historia y la posibilidad de un cambio histórico, a veces de manera reactiva, reaccionaria, incluso mofándose de algunos símbolos culturales impuestos por las clases dominantes, la rebelión campesina, es en gran parte una insurrección contra la autoridad, de la cultura misma.

Ahora, sin embargo en la capacidad de “habla del sujeto subalterno, adquiere vital importancia el rol de los intelectuales que les representan, que tienen la vivencia del “ser” subalterno, interesante resulta leer a la ya mencionada Rigoberta Menchú, y al chicano norteamericano Richard Rodríguez .

Otra regularidad, para que la fuerza de esta voz subalterna sea más poderosa, más potente, se hace necesaria la interrelación de todos los movimientos sociales y no solamente entendida en el marco país, sino en una regionalización de la insurrección/emancipación, en este caso me refiero específicamente al contexto latinoamericano.

Ya hace más de 30 años, Eduardo Galeano nos planteaba “La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente sobre la conciencia de los hombres”.

TEORIAS DE RUPTURA

TEORÍAS DE RUPTURA

"La década de los sesenta impulsó proyectos explosivos y fabulosos, donde la imagen de que todo era posible, desde la transformación individual hasta la revolución, se llevó al paroxismo" (Godoy, Pedro, 2006)
El termino liberación va a jugar un papel trascendente en la intelectualidad de la época, se habla de teorías de ruptura y cuando hablamos de teorías de ruptura, no está referido ello a una sola idea, sino que es múltiple, considerando por ejemplo, la ruptura con el poder del profesor, con el poder del saber, de la organización administrativa de la escuela y de su entorno, con los métodos de instrucción, etc, en este sentido, mucho de lo que articula la vida de Paulo Freire y en menor medida de Ivan Illich, se encuentra vinculado a la emergente "Teología de la Liberación", ya sea en los ámbitos católicos como protestantes de la región, la educación, vista como el último bastión de la cultura conservadora va a sufrir los ataques de los movimientos sociales y las ideas de estos pensadores revolucionarios, ambos intelectuales se convertirían en mitos y símbolos de la educación crítica. Es así como Freire intervendrá desde la filosofía e Illich desde la cultura.
Pablo Freire, sostiene que la educación no debe darse para llenar de información al hombre, sino que debe darse una concientización, a su parecer la conciencia se profundiza en el desarrollo crítico, la reflexión pedagógica, es el producto de intercambio de saberes. Define la educación liberadora como un proceso diverso de comunicación, creación de cultura, liberación, concientización. La educación es entendida como un proceso de valoración y significación de la cultura popular. El educador ya no es comprendido como el único que educa, sino que en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien al ser educado, también educa. Concientización, desde la perspectiva que el hombre toma conciencia de si mismo y del mundo circundante.
De Illich se puede decir que es el más rupturista de todos los rupturistas, una de sus frases es "Muera la escuela, viva la escuela". De hecho el recomienda el cierre de las escuelas, porque son producto de la hegemonización capitalista, otra de sus frases, reza "cuidado, la escuela no tiene remedio", sugiere destruir la escuela para construir una nueva. Su postura fundamental, es la desescolarización, ya sea la escuela como la Universidad, plantea que es necesaria una revolución cultural, manifestando que la escuela ha caído en la cosificación y para reiniciar la revolución cultural, es estrictamente necesario, cerrar la escuela. Desescolarizar, acabar con todos los vicios, la rutina, hay otros saberes y que resultan más relevantes, a los que la escuela debería poner atención.
Según lo planteado por Illich, la escuela no puede ser la única institución que entregue cultura y para ello establece una jerarquía, en la que en el primer lugar de importancia coloca la familia, en segundo orden a los medios de comunicación, en tercer lugar a los grupos de pares y finalmente a la escuela.
La diferencia entre ellos, es que los cambios planteados por Freire son con y en la escuela, en cambio Illich, prescinde totalmente de ella, pero acaso lo mismo que el planteaba no podría hacerse tanto fuera como dentro de la escuela, en este sentido aunque Freire estaba influenciado por los mismos tipos de debates de la época, nos ofrece una perspectiva absolutamente diferente a la de Illich.
En síntesis, entre ellos un gran diferencia, Freire se apoyaba en una praxis concreta, versus la utopía de Illich. Otra diferencia es el pesimismo con que Illich mira la escuela, en el sentido que no ve ninguna capacidad de recuperarla, utilizando fuertes conceptos, tales como combatirla, destruirla para desescolarizar la sociedad, en cambio en Freire encontramos optimismo, esperanzado en que la escuela puede y es factible de ser cambiada, ya que ella juega un rol preponderante en la transformación de la sociedad, planteando soluciones concretas, siendo el primer paso "la concientización", adquiriendo relevancia la formación del educador.
Ahora, sin lugar a dudas que muchos de los planteamientos de Freire e Illich, que fueron plasmándose en sus escritos, debate, conferencias, etc, todavía nos interpelan, ya sea a los profesores, al sistema educativo, a los dirigentes políticos, a las fuerzas sociales con una gran fortaleza.