domingo, 30 de septiembre de 2007

EL MENSAJE COMO DISCURSO IDEOLÓGICO

"Cualquier mensaje, discurso o texto se halla trabajado por lo ideológico y es susceptible por tanto de una lectura ideológica, lo mismo el discurso político que la revista de modas o el noticiero de TV" (Barbero, Jesús Martín)
Es importante aprender a ver las cosas de un modo diferente, desde la perspectiva que ningún mensaje es ingenuo y la lectura ideológica permite decodificar el sentido que ellos tienen, pueden parecer muy banales, como la moda, críticas literarias, cinematográficas y otros "Los mensajes implícitos revelados en las revistas románticas o en los semanarios juveniles, pueden ejercer una función mucho más represiva en el sentido marcusiano de la palabra, en los estratos sociales sometidos intensamente a ellos, que la propaganda política más sutil" (Mattelart, Armand).
Es por ello que la ideología como nivel de significación, puede estar presente en cualquier tipo de mensajes y es por ello que cualquiera puede ser fruto de una lectura ideológica "la lectura ideológica de la comunicación social consiste en descubrir la organización implícita o no manifiesta de los mensajes" (Verón, Eliseo)
Por ejemplo, en el pasado era una enorme equivocación mirar a Disney, nada más que como un comerciante, que sin duda lo era, y sus personajes fueron incorporados a todos los hogares, pasando a formar parte de nuestra representación colectiva, sin detenernos a interpelar más profundamente los mensajes, a modo de ejemplo "Mi perro llega a ser un salvavidas famoso y mis sobrinos brigadieres generales. ¿A que mayor honor puede aspirar un hombre", este era el mensaje que debían recibir los lectores, esta era la aspiración que debían tener los hombres de la época, entonces ¿cuan imaginario es el mundo imaginario de Disney, como se relaciona con la realidad material estructural de sus lectores, cual es la propuesta de Disney y como está determinada ideológicamente.
Lo que Disney ofrece, es un escape, el olvido, un momento de negación absoluta de todo aquel sufrimiento engendrado por las condiciones sociales de un gran estado clasista y capitalista y finalmente ni denuncia, ni condena, "la magia de Disney consistió, precisamente en mostrar en sus creaciones, el lado alegre de la vida. Siempre hay entre los seres humanos personajes que se parecen o asemejan a aquellos de las historietas de Disney". El RicoMc Pato puede representar al millonario avaro de cualquier país, el Pato Donald, al flojo que vive a expensas de un familiar con plata.
Ellos nos señalan que el mundo de Disney es impulsado frecuentemente por fuerzas que intentan disimular superficialmente la realidad, el colonialismo aparece por ejemplo sin ninguno de sus conflictos reales, los animales se dedican a elaborar estrategias capitalistas "Ranitas bebes, algún día serán uds., ranas grandes que se venderán muy caras en el mercado. Voy a preparar un alimento especial para apresurar el desarrollo" (Pato Donald, en Disneylandia, nº 451) y los personajes superficialmente asexuados obedecen a normas que sugerirían lo contario.
"Los niños han sido generados por esta litaratura y por las representaciones colectivas que la permiten y fabrican y ellas para integrarse a a la sociedad, recibir recompensas y cariño, ser aceptados, crecer rectamente, deben reproducir a diario todas las características que la literatura infantil que para ellos poseen. El castigo y la gratificación sostienen este mundo. Detrás del azucarado Disney, el létigo" (Mattelart, Armand-Dorfman, Ariel).
El látigo que parece dejar pasar algunas de sus posibilidades de rebelión, muchos de los textos de Disney se prestan para lecturas contradictorias o dobles movimientos, en algunos casos los animales utilizados por Disney podrían aparecer aparentemenete como desafiando el poder, como en el diálogo de los patitos "ánimo chicos, ni siquiera una brujita puede jugar a la pelota eternamente", ¿están desafiando el poder o lo aceptan tácitamente?, bueno ello responde a una característica de la cultura de masas, su ambiguedad.
Las revistas infantiles no escapan,por lo tanto, a la dominación que funda todas las relaciones verticales en una sociedad: la distanciación refuerza la emisión teleguiada.

viernes, 21 de septiembre de 2007

martes, 18 de septiembre de 2007

RAZONES DE UNA CRISIS

"La diversidad cultural supone que cada cultura tenga un espacio y disponga de medios para su producción y difusión. La circulación de las obras es fundamental para que haya un diálogo real de las culturas" Tasca Catherine, 2004.
Hasta ahora los proyectos educativos han estado siempre definidos por quienes los diseñan y no por quienes lo ejecutan y mucho menos por sus beneficiarios, cuestión de no menor importancia, si se piensa que cuando se habla de un proyecto educativo, paralelamente estamos haciendo referencia a un proyecto de sociedad.
En este sentido cuando estamos haciendo mención a una crisis de la educación, quizás se deba a que no hemos logrado integrar y articular educación y sociedad, es decir, que el problema no es la educación en sí misma, sino los métodos, por tanto alumnos y profesores deben convertirse en actores políticos, a través de constituirse en una sociedad civil plenamente organizada, una de las herramientas que las clases subalternas deben esgrimir en su lucha por ser escuchados, por quienes detentan el poder y la hegemonía.
Se dice que la institución discursiva tiene tres instancias, el sujeto, la experiencia y el poder, este último como la hegemonía de una determinada posición sobre los demás.
La hegemonía lo que hace es buscar los mecanismos de como integrar al "otro" y la educación en definitiva es una herramienta de integración del otro, una herramienta de incorporación de la otredad.
"En el manejo que las culturas dominantes hacen de las culturas subordinadas actúan diversos tipos de estrategias y dispositivos. La cultura del "otro", que poco avanzó en una explicación social, ética, antropológica a raiz de una modernidad que ha sido incapaz de incorporar la diferencia ha pasado a ser focalizada de manera compradora por las estructuras del mercado y del consumo", Ford Anibal.
Es indudable que la población juvenil se ha convertido en un sujeto social desconocido para sus profesores y en realidad para muchas autoridades de todo tipo, que creen conocerlo, sin embargo, sus políticas no han dado los resultados por ellos esperados, por lo tanto, pareciera que ese conocimiento no es tal, en virtud de los "logros" de sus recetas.
"Si alguien tiene una verdadera igualdad de oportunidades puede remontar otras desigualdades. Si estamos dando una educación donde los desheredados van a seguir desheredados, estamos reproduciendo la pobreza de una generación a otra y eso le quita legitimidad a cualquier orden democrático", Garcia Huidobro Juan.
Personalmente, creo que si bien muchas veces los diagnósticos son acertados, el problema ha radicado en que las soluciones se han basado fundamentalmente en lo que las autoridades (políticas, académicas y educativas), han considerado que es lo "bueno" para ellos, sin considerar su opinión y la de sus familias, sin reconocer su calidad de "otro" y su diferencia.
En cuantoa educación, lo que pensemos y hagamos respecto a ella es algo que nos compete a todos, estamos todos llamados a intervenir de manera legítima o, dicho de otra forma, a ser considerados interlocutores válidos en la discusión de sus orientaciones (...) (y) que se involucre la palabra de todos los afectados en igualdad de condiciones y no solo la de aquellos que saben o se fingen como expertos.
Entre algunos antecedentes que nos entregan algunos autores, podemos destacar que; la juventud de hoy ha perdido los referentes que en alguna medida, proporcionaron certidumbres a las generaciones que les antecedieron. A nivel de los grupos más excluidos y marginados hay una notoria ausencia de apoyos simbólicos en lo cotidiano, razón de lo cual estos jóvenes tienen enormes problemas para identificar o imaginar derroteros en la construcción de un vínculo social en alguno de los espacios institucionales de la sociedad.
El problema radica que si bien es cierto la identidad política está definida por la homogeneidad, la identidad social está fuertemente definida por la diferencia y es justamente lo que ha resultado una complicación comprender y aceptar lo que estaría provocando un diálogo de sordos que nos lleva a ningún lado.
Otro aspecto a señalar, es que la identidad está hecha de fragmentos y la suma de sus partes conforman nuestra identidad general, si no hay respeto por estos fragmentos, hay crisis, no hay entendimiento y por lo tanto aquellos que se sienten irrespetados, excluidos tienen el derecho y yo diría la necesidad de organizarse para que a través de la movilización social hagan sentir su voz.
El sujeto que lleva su diferencia y lucha por ella es el
sujeto subalterno que busca ser escuchado, ya que la identidad no es un problema cultural, es un conflicto entre el estado y la sociedad que no se han articulado lo suficiente en pro del manoseado bien común, por qué, aunque resulte irónico no es lo mismo educar a un alumno para que cope la esferas del poder a otro que no le espera más que seguir pateando piedras.
En este sentido, antes era fácil la adaptación y el reconocimiento de la diferencia, ya que el liceo no debía cambiar para adaptarse y reconocer a sus estudiantes ya que la educación era un continuo entre la cultura de élite o clase media ilustrada (que asistía al liceo) y la cultura propiamente escolar. Ahora las características del beneficiario han cambiado y al parecer, el liceo no tiene otro camino que respetar la identidad y la diferencia de nuevosujeto social escolar y para ello es vital conocer sus demandas.
"los jóvenes e individuos en general en su proceso identitario interpelan diversos ámbitos de referencia, tanto los producidos en la cultura hegemónica (sistema político, sistema educacional, iglesia, medios de comunicación) y en las culturas parentales (valores y cosmovisiones de los padres y adultos del grupo familiar y que circulan en el medio social de origen) como los referentes construidos en los procesos de interacción en el mundo de la vida cotidiana", Medina Carrasco Gabriel, 1997.